
El Laniparino del latín lanipana-ae, es un organismo unicelular que habita en el abismo a una profundidad aproximada de 9000 pies. La fisonomía del Laniparino, la cual le permite soportar tanta presión, es semejante a una mucosa azulosa, peluda y microscópica. Al momento de su descubrimiento fue confundida con un hongo, pero años después, tras haberla estudiado a fondo y habiéndola sometido a diversas pruebas, se llegó a la conclusión de que realmente era una bacteria y no un hongo.
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En el año de 1966 aconteció en Paris el suceso conocido como “la fiebre del Lanipario”, en la cual fueron descubiertas esporas de Laniparino en malteadas de fresa, cereza y vainilla, las cuales eran vendidas comúnmente en cafés literarios de alta convocatoria. A raíz de esto, nuevos estudios revelaron que el Laniparino en cantidades concentradas de 500 mg produce efectos similares a la mezcalina. Estos mismos estudios dejaron ver además que esta interesante bacteria tiene un alto índice de tendencia a la simbiosis. Para 1989 un estudio genético aplicado a las Dendrobatidae, mejor conocidas como ranas alucinógenas, mostró que dichas ranas contienen en su organismo vestigios de Laniparinos, lo cual corrobora la tesis simbiótica de los años sesenta. Los científicos mencionan al respecto que “la Dendrobatidae en algún momento de su estado primitivo asimiló la bacteria del Laniparino y la convirtió en parte de su organismo; es por esto mismo que su cuerpo desprende las sustancias alucinógenas que le dan su característica más llamativa” además agregaron que si en algún momento el hombre al igual que la Dendrobatidae asimilara esta bacteria, el resultado sería un pachecus homus, el cual viviría de viaje (o en el viaje, del ingles on a trip, el cual se podría traducir como cualquiera de las dos opciones anteriores).
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Finalmente cabe mencionar que el Laniparino no tiene depredador natural, pero últimamente se ha observado que el Gorgodonte marino merodea a menudo aglomeraciones de Laniparinos, disfrutando de sus efectos y desarrollando cierta adicción.
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En el año de 1966 aconteció en Paris el suceso conocido como “la fiebre del Lanipario”, en la cual fueron descubiertas esporas de Laniparino en malteadas de fresa, cereza y vainilla, las cuales eran vendidas comúnmente en cafés literarios de alta convocatoria. A raíz de esto, nuevos estudios revelaron que el Laniparino en cantidades concentradas de 500 mg produce efectos similares a la mezcalina. Estos mismos estudios dejaron ver además que esta interesante bacteria tiene un alto índice de tendencia a la simbiosis. Para 1989 un estudio genético aplicado a las Dendrobatidae, mejor conocidas como ranas alucinógenas, mostró que dichas ranas contienen en su organismo vestigios de Laniparinos, lo cual corrobora la tesis simbiótica de los años sesenta. Los científicos mencionan al respecto que “la Dendrobatidae en algún momento de su estado primitivo asimiló la bacteria del Laniparino y la convirtió en parte de su organismo; es por esto mismo que su cuerpo desprende las sustancias alucinógenas que le dan su característica más llamativa” además agregaron que si en algún momento el hombre al igual que la Dendrobatidae asimilara esta bacteria, el resultado sería un pachecus homus, el cual viviría de viaje (o en el viaje, del ingles on a trip, el cual se podría traducir como cualquiera de las dos opciones anteriores).
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Finalmente cabe mencionar que el Laniparino no tiene depredador natural, pero últimamente se ha observado que el Gorgodonte marino merodea a menudo aglomeraciones de Laniparinos, disfrutando de sus efectos y desarrollando cierta adicción.
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Revista Científica
Bestiario and the new
creatures in the world.
No. 175 Pag. 33
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Nunca he sido fan del cientificismo. Le quita el chiste a todo. Ya hasta despersonalizaron a los laniparinos, pero qué se le va a hacer :P jeje.
ResponderEliminarSin embargo, está interesante. Es bueno que en las revistas de divulgación ya se hable de los laniparinos. La humanidad tiene que conocerlos.
Ahora, si encuentras algo de los gorgodontes, sería muy bueno también.
Mucho gusto, laniparinos... Soy Staurofila.
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